A Nohemy

Escuchar-te, soñar-te, amar-te
es el arte que me enseñaste tú
sin esforzarte...

El tiempo te ha marcado de huellas la mirada
las flores de tus días se agotan y al final
bailan todos tus años la dulce melodía
de la mujer de fuego que se entrego al amar.

De mano de los santos, La Virgen y el Señor
esa eres tu Nohemy, mi dulce y bello amor
tu nombre es mi canción y ruego y obsesión
te amo en cada día que pienso en tu esplendor.

Sabia, bella e intensamente tú
te entregas a la vida de manos del Señor
no hay dicha más perfecta que embriague tu candor
que agradar con tus actos a Dios el creador.

No hay fiesta que tu añores, ni lujo que tu busques
sino es vestir tu alma con trajes del Señor
oh! bella abuela mía, madre de mis soñares
cuando tú me cuidabas se acercaban los ángeles.

Y hoy que la distancia me separa envidiosa
de los momentos bellos que contigo pasé
en este natalicio de ti hermosa rosa
quiero expresar en versos lo que una vez callé.